Las víctimas de violencia de género como colectivo vulnerable a efectos del ingreso mínimo vital
¿En qué sentido se articula la protección reforzada que otorga el legislador del IMV a las víctimas de violencia de género, explotación sexual y trata de seres humanos?
La violencia de género
sigue siendo una lacra social que perpetúa en el tiempo roles de sumisión en
las relaciones entre hombres y mujeres. A pesar de la legislación vigente y de
los sucesivos planes gubernamentales de actuación, estas situaciones perviven
en la actualidad, acrecentadas en cantidad y virulencia desde el inicio de la
crisis sanitaria y sus repercusiones económicas y sociales.
La Ley orgánica
1/2004, de 28 de diciembre, de medidas de protección integral contra la violencia
de género, impulsó una corriente normativa de protección reforzada que
posteriormente se complemento con la Ley para la igualdad efectiva de mujeres y
hombres de 2007. Actualmente, contamos con un marco normativo multidisciplinar,
que abarca todos los ámbitos de actuación, pero que ese encuentra disperso. Por
ejemplo, en materia de Seguridad Social, sería totalmente aconsejable la
inclusión del Ingreso Mínimo Vital en el TRLGSS para contar con una única norma
de carácter general.
Existen, además, diferentes
corrientes que apuntan a la existencia de derechos de Seguridad Social que aún
no han sido lo suficientemente explorados y que contribuirían específicamente a
la consecución de la equidad de género.
Por ejemplo, en el
ámbito de la prestación de incapacidad temporal o de incapacidad permanente,
considerar las lesiones producidas por situaciones de violencia física o
psicológica como accidente no laboral, para evitar le periodo mínimo de
cotización requerido para acceder a ellas. También debería considerarse que los
periodos de baja médica por esta causa operaran sobre la prestación de
desempleo al igual que las prestaciones por nacimiento, es decir, que hicieran
interrumpir el cómputo del plazo de duración del derecho.
En el caso de
prestaciones de supervivencia, al igual que se ha hecho con el IMV, podrán
suavizarse los requisitos de duración del matrimonio en fallecimientos no
sobrevenidos por enfermedad común o periodos de convivencia exigibles a las
parejas de hecho.
En el caso específico
del IMV, llama especialmente la atención, la situación en la que se encuentran
las víctimas de violencia de género, trata de seres humanos y de explotación
sexual en situación de residencia irregular. Aunque no se exija un periodo
previo de residencia, podrían facilitarse estos trámites administrativos para
que la situación de espera sea lo más corta posible.
Sería aconsejable que
se incluyeran dentro de los mecanismos de protección reforzada del IMV, otras
formas de violencia como la doméstica o familiar, que igualmente generan
situaciones de doble vulnerabilidad.
Debería extenderse el
concepto de mono parentalidad del IMV (que incluye la violencia de género en su
definición), para todas las prestaciones de seguridad social en la que existe
incidencia con motivo de esta circunstancia (maternidad no contributiva o
prestación de pago único por nacimiento o adopción).
La inexistencia de
mecanismos de protección reforzada en el límite de ingresos y patrimonio
exigido a este colectivo vulnerable, teniendo en cuenta que estas situaciones
pueden afectar a cualquier estrato social, ocasiona que muchas mujeres queden
fuera de la protección del IMV.
La exigencia de
documentos diferentes en cada disposición normativa para acreditar la condición
de ser víctima de violencia de género, hace que sea difícil para la víctima
conocer qué medios probatorios puede utilizar para solicitar una determinada
prestación. Es realmente necesaria una equiparación d ellos documentos
exigibles, más si tenemos en cuenta que la LOVG ya presentaba un catálogo lo suficientemente
completo.
Pero todo cambio
normativo debe venir acompañado de un cambio cultura que impida perpetuar las
estructuras de poder existentes: será necesario revisar el IMV desde una
perspectiva de género que garantice el carácter emancipador de la prestación,
llevando a cabo el desarrollo reglamentario que ponga en marcha los itinerarios
de inserción laboral. Estas medidas deben venir acompañadas de un reparto
igualitario del trabajo doméstico o el acceso a la educación y el empleo de
calidad en las mismas condiciones, con el fin de no repetir los estereotipos de
pobreza femenina.
Palabras clave:
Ingreso Mínimo Vital, Violencia de Género, Trata de seres humanos, Violencia
Doméstica.
El tema pertenece a mi
aportación como Capítulo XVII del libro: Seguridad Social para todas las
personas. La protección de la Seguridad Social a las personas en situación de
vulnerabilidad económica y fomento de su inclusión social. V Congreso
Internacional y XVIII Congreso Nacional de la Asociación Española de Seguridad
y Salud laboral, que ha sido publicado en octubre de por Laborum bajo la
dirección del profesor D. José Luis Monereo Pérez (Catedrático
del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Granada.
Puedes adquirirlo
aquí: Página de Inicio -
Ediciones Laborum
O acceder al texto
completo aquí: https://www.aesss.es/wp-content/uploads/2021/10/LIBRO-CONGRESO-AESSS-2021.pdf
Querido lector, el contenido de este estudio doctrinal fue redactado conforme a la normativa vigente en julio de 2021. Debes tener en cuenta que no recoge posibles modificaciones normativas posteriores a dicha fecha.
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- El art. 29, por Real Decreto-ley 35/2020, de 22 de diciembre
- Los arts. 4 a 6, 14.1, 19, 25.3, 30.2, 31.2 y SE AÑADEN los arts. 6 bis a 6 quater, 19 bis, 33 bis y la disposición transitoria 8, por Real Decreto-ley 3/2021, de 2 de febrero
- Los arts. 7, 19, 25, 33 y disposiciones transitorias 1 y 2, por Ley 10/2021, de 9 de julio
- Con efectos desde el 11 de julio de 2021, el art. 7.2, por Real Decreto-ley 18/2021, de 28 de septiembre.
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